Mikel Zubeldia es un economista donostiarra que se dedica profesionalmente al comercio internacional, pero cuya pasión es la literatura, es por ello que escribe desde hace más de 20 años, principalmente relatos por los que ha ganado varios premios.
Tras cuatro publicaciones de relatos, este diciembre se ha publicado su primera novela “Haizea josten” de la mano de Ediciones Beta.
P: Me resulta curioso el título de Haizea josten, si no me equivoco, “Tejiendo el viento”. ¿A qué se refiere?
Es una metáfora, que puede tener varios significados. Puede significar hablar, también puede significar unir vientos de diversas partes del mundo para tejer un mapa… Dejo al criterio del lector la interpretación del significado del título de la novela.
P: ¿De qué trata tu novela “Haizea Josten”, ¿qué has querido narrar?
Existen tres capas en la novela: en el germen de la historia está un viaje que realizan cuatro vendedores de comercio exterior a las ruinas de Babilonia en tiempos del dictador Sadam Hussein. Hay un segundo plano donde se relata la historia de amor-desamor entre el protagonista Felix Saldivia y Thaïs. Y en un tercer plano aparece el protagonista ya en edad madura, recordando la época dorada de su juventud. Los tres planos narrativos se intercalan, con lo que he querido construir una novela coral.
Y en cuánto que he querido narrar, uno cuando va construyendo una novela no es siempre consciente de lo que quiere escribir, se sumerge en la narración y es ya al terminarlo y reflexionar sobre lo escrito, cuando puede sacar conclusiones. En el caso de Haizea josten, ha pasado exactamente eso. Ahora puedo decir que es un canto a la efímera juventud, a los tiempos anteriores a recibir las cuatro hostias bíblicas de la vida – tal y como lo digo en la novela. Una especie de elogio a los tiempos pasados. Y una búsqueda a las ruinas de la juventud. Se hace un paralelismo entre las ruinas de Babilonia y las de la juventud perdida.
Este es tu quinto libro, la primera novela; ¿cómo lo valoras dentro del conjunto de tu obra?
Los anteriores libros eran colecciones de relatos largos o nouvelles. La construcción de esa novela me ha exigido mucho más esfuerzo que los anteriores trabajos. Creo que con el tiempo mi prosa ha ido ganado en densidad y también, creo, en calidad. Mi prosa mantiene elementos comunes como personajes marginales o ciudades imaginarias como Oddington u Ochreland de las anteriores a Oknostia en esta novela, que es un trasunto de San Sebastián.
P: Al hilo de lo que acabas de decirme de las cuidades; en la novela aparecen muchos países y ciudades.
Efectivamente. Mi experiencia laboral me ha dado la opción de viajar y poder conocer otras culturas, lenguas e incluso miradas. Me siento un privilegiado en ese aspecto y he querido plasmar esos lugares en la novela.
P: ¿Piensas, como Atxaga, que los escritores en euskera tenéis un público más fiel que el de castellano?
Hasta hace poco pienso que ha sido así. En estos momentos hay muchas más voces que escriben en euskera y mayor diversidad. Eso quizás ha dado que el lector en euskera sea más exigente y que se haya perdido algo de fidelidad. También han emergido con fuerza la literatura escrita por mujeres o las traducciones de obras universales al euskera. Todo ello sin duda, enriquece el micro universo de la literatura hecha en euskera. Yo por mi parte, me considero poseedor de una voz marginal sin el sentido peyorativo de la palabra. Busco contar historias mínimas que me interesan, sin reparar en lo que demanda el marketing de las editoriales ni modas de cada momento. No me importa la cantidad de mis lectores, más bien la calidad.
P: Que es lo próximo, otra novela…
Por el momento quiero disfrutar de la publicación de Haizea josten, cuya escritura tanto me ha costado, pero a la vez tanta satisfacción me ha dado. Claro que tengo nuevas ideas y proyectos de escritura, pero quiero que sigan macerando en mi mente. Mientras tanto yo viajo, leo e intento escuchar y mirar a la gente para sacar nuevas ideas.
Más info: https://edicionesbeta.com/
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