La salas donostiarras proyectan, en versión original o doblada, la nueva película de Sofía Coppola. La principal heredera de la saga, ofrece su particular visión de una historia que ya fue llevada al cine por el tándem Siegel-Eastwood en los setenta, aportándole su toque más estético y refinado.
El gran reparto coral, dominado por la presencia femenina, y sus buenas interpretaciones fueron parte culpable de que la directora se hiciera con el premio a la Mejor Dirección en el pasado Festival de Cannes. También lo es su manera elegante de narrar con una sobriedad que huye, incluso, de la utilización de música y la lleva a su expresión mínima. Pronto podremos confirmar si se llevó el galardón merecidamente (lo haremos gracias a la sección Perlas del Zinemaldi, cuando lleguen los principales títulos con los que compitió en la cita francesa).
Al igual que sus personajes, las actrices se comen interpretativamente a su partenaire masculina (un Colin Farrell poco brillante, bajo mi punto de vista), aunque posiblemente sea algo buscado dentro de ese juego que plantea la película de lobos con piel de cordero y corderos con piel de lobo. Precisamente esa idea es la que deriva lo que parecía una bonita historia de época en un cuento de terror próximo a las “Historias para no Dormir” de Chicho Ibañez o de su predecesora norteamericana “Twiligt Zone”. Entre las chicas destaca Elle Fanning que se lleva el título de seductora de la película y que mantiene el pulso marcado por la siempre acertada Nicole Kidman que parece mantenerse entre la élite de Hollywood gracias o a pesar de su cirugía plástica.
En definitiva, una interesante película más cercana a la Sofia Coppola de “Las Vírgenes Suicidas” que de “Maria Antonieta”, a pesar de tratarse está última también de un film de época. Al menos sirve para pasar una entretenida tarde en estas lluviosas tardes de fin de verano. Eso sí, nosotros, como siempre, recomendamos verla en su versión original
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