Matricula a tus hijos en religión

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Mañana lunes se abre el plazo de prematriculación en los centros escolares de nuestra comunidad autónoma, en un momento en que la asignatura de religión está viviendo una difícil situación. Con un poco de humor, reconstruimos una supuesta conversación entre un adolescente llamado Andoni, y su padre Benito:

– Aita, ¿qué estás haciendo en el ordenador?

–  Pues ya ves, resulta que este año ya se puede rellenar por Internet la prematrícula del próximo curso, y precisamente estoy haciendo la tuya. Por cierto, Andoni, aquí preguntan si vamos a elegir la asignatura de religión.

– No sé si merece la pena, aita. En mi clase de reli algunos dicen que el próximo curso no van a continuar. ¡Con decirte que en el colegio han aparecido unos carteles en los que pone: “Por una escuela laica, la religión fuera de las aulas”!

– Mira, Andoni, yo también estoy a favor de una escuela pública laica, pero no estoy dispuesto a que me den gato por liebre. “Escuela laica” quiere decir que en ella se respetan todas las creencias, pero no que tengamos que renunciar a la nuestra. No es lo mismo ‘escuela laica’ que ‘escuela sin religión’. Los padres tenemos derecho a que nuestros hijos sean educados en la escuela según los valores de la familia, y no según las ideologías de los políticos de turno.

–  No te lo discuto, aita… Pero también date cuenta de que ya llevo muchos años dando religión y yo creo que ya sé bastante…

–  No te equivoques, Andoni, hoy todo el mundo se cree con la capacidad de hablar sobre la religión… ¡La ignorancia es muy atrevida! Y se habla con mucha ligereza, de lo que no se sabe… Yo no me pongo como ejemplo, porque reconozco que me falta cultura religiosa, pero me gustaría que tú aprovechases la oportunidad de formarte. Hoy en día es necesario estar preparados para dar respuesta a muchas objeciones contra la fe cristiana y contra la historia del cristianismo, que se difunden, a modo de ‘leyendas negras’. De lo contrario, llegará un día en que nos hagan avergonzarnos de nuestra propia fe.

–  Es que, en Infantil y en Primaria éramos bastantes los que estábamos apuntados a religión; pero ahora ya apuesto a que vamos a quedar ‘cuatro gatos’…

–  Pues tendrías que irte acostumbrando, Andoni… Te voy a decir que yo también me suelo quedar muchas veces ‘solo’, cuando en la oficina se tratan temas de moral o de religión. Ya sabes que en esta casa no es que seamos muy “beatos”; pues… a mí, en el trabajo ya me han puesto el apodo de ‘Benito dieciséis’. Yo sé que no lo dicen por faltarme al respeto, pero no te voy a negar que a veces me incomoda… Y por la cuenta que te trae, ¡tú también deberías de ir aprendiendo a mostrarte ante los demás como eres, sin complejos!

–  Je, je… Pues… ¿qué dirían de la amona Isabel, si la conociesen? ¡Lo mismo la llamaban “Isabel, la católica”!

– Pues sí, Andoni, tenemos que dar gracias a Dios por la fe que nos han transmitido los aitonas. La asignatura de religión te ayudará a comprender las raíces de nuestra cultura y de nuestra historia; pero sobre todo, te ayudará a entender el sentido de la vida, de forma que puedas orientarte en medio de tanta confusión y de tanto relativismo.

–  No sé si te conté que a mi amigo Iker le dicen en su casa que la religión del futuro es la ciencia, y que en la escuela nos tienen que enseñar a ser ‘científicos’, y no ‘religiosos’.

– Pues yo a los padres de Iker les diría que ‘la religión sin ciencia, está coja’, pero también que, ‘la ciencia sin la religión es ciega’. La ciencia es muy importante, pero la ciencia sin ‘conciencia’ es la ruina de la humanidad. Y si no, que se lo pregunten a los habitantes de Hiroshima y Nagasaki… Y además, la ley vigente dice que la asignatura de religión es de obligada oferta para las escuelas, pero de elección voluntaria para los padres. Por lo tanto, nosotros tenemos tanto derecho a elegir libremente como los padres de Iker…

– Pues vale, aita, termina ya de rellenar la prematrícula, que va a empezar el partido de fútbol… ¿Le digo a la ama que cenamos delante de la tele?

– ¡Qué obsesión con el futbol! –les dice la madre entrando en la sala-. ¡¡A ver si va a ser ésa vuestra ‘religión’!!

Hasta aquí la parodia. Pero más allá de la ficción, los padres tienen ahora en su mano una opción importantísima que condicionará en buena medida los valores religiosos de sus hijos. ¡Deseamos vivamente que la asignatura de religión esté al alcance de la libre elección de todos los padres, sin ningún tipo de coacción ni de cortapisa!

(Para más información sobre el derecho a la asignatura de religión en la escuela pública, así como sobre las razones de su conveniencia, os invito a leer o a escuchar la conferencia pronunciada en Fórum Europa: enticonfio.org/enticonfio052.pdf ).

D. José Ignacio Munilla

Obispo de San Sebastián

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