Jorge Martínez Lucena, profesor de Antropología y de Cine y Cultura en la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona ha sido reciente mente ponente dentro del I Congreso de Signis España que se celebró en la Universidad San Pablo-Ceu de Madrid los días 5 y 6 de octubre de 2012. Su ponencia titulada “Supervivientes: entre la vida y la muerte de lo humano” muestra, según palabras suyas, su inquietud intelectual fundamental: la de hacer dialogar a apocalípticos e integrados.
Aquí va una entrevista realizada por Signis.-España.
SIGNIS ESPAÑA: ¿Por qué cree interesante hablar de zombies? Si fuera posible hablar sin entrar en el contenido de su charla, ¿el tema de los zombies es un tema sólo para mercado de nicho, para frikis, o hay enseñanzas generales?
JORGE MARTÍNEZ: Esta semana hemos visto cómo se producían en USA diversos sucesos que hacían titular a los periodistas con frases como “Llega el apocalipsis zombi” y cosas por el estilo. En Miami, un nuevo LSD cuyo consumo produce una fuerte sensación de calor y un deseo de consumir carne humana ha sido el causante de una agresión protagonizada por un hombre desnudo, que devoraba la cara de una persona en mitad de la calle. En New Jersey, un ciudadano se agredía a sí mismo con un arma blanca y le lanzaba a los policias que le intentaban ayudar trozos de sus propios intestinos, al más puro estilo Reanimator. En Maryland, un estudiante reconocía haber asesinado a un hombre y haberse comido su corazón y parte de su cerebro. Etc. Esto no quiere decir que estemos a punto de sucumbir a la horda zombi. Según creo, lo único que sucede es que la metáfora zombi permite entender una parte de nosotros mismos, tal y como habitamos hoy en día este mundo de la supervivencia y de la crisis. Yo diría que, como sucede en The Walking Dead, todos estamos infectados en nuestro modo de mirar (aunque todavía no nos hayamos transformado) y por eso nos identificamos con determinados imaginarios presentes en las películas de zombis, sean éstas de terror o simples comedias. Hasta se organizan carreras de resistencia con miles de participantes en las que éstos deben llegar a la meta sin haber sido mordidos por las decenas de zombis que vagan por el bosque.
SIGNIS ESPAÑA: El mundo académico va siempre por detrás del cine, lo analiza, lo valora, lo enjuicia, lo comenta, ¿es así? ¿O a su vez puede la reflexión académica influir en directores, guionistas, actores…?
JORGE MARTÍNEZ: En cierto modo lo de ir por detrás de lo que sucede nos pasa constantemente en todas las facetas de la vida. La académica intenta encontrar respuestas a un misterio que es introducido constantemente en el mundo con lo que sucede. Incluso cuando descubrimos algo nos lo encontramos, no lo producimos. Lo que está claro es que sin secreto no hay razón. Todos tratamos de montar nuestra vida en nuestra memoria de modo que de ésta emerja un sentido. Somos, en este sentido, incluso un misterio para nosotros mismos. Los hombres de cine (directores, guionistas, etc.) son hombres antes que cualquier otra cosa, y pienso que agradecen cualquier evidencia que desde la academia se les pueda dar acerca de esta tarea común de rozar lo inefable y de atestar lo imposible. Algo que sin duda los cinéfilos (académicos o no) también buscamos en el séptimo arte.
SIGNIS ESPAÑA: Dentro del abanico o collage de antropologías que se cruzan en el cine posmoderno e incluso en series de televisión, ¿cuáles son las últimas películas o series de televisión en donde le ha impactado algún planteamiento antropológico “fuerte”? ¿Cree que alguna se aventura a aportar alguna solución clara o son meramente descriptivas?
JORGE MARTÍNEZ: Las antropologías que tú llamas fuertes no tienen demasiado predicamento en el mundo posmoderno. De hecho, la posmodernidad es toda ella una reacción ante determinadas acepciones de esta fortaleza. La idea es que se tiende a ver toda certeza como ideológica y si no se vigila se cae en el relativismo en el que todo se convierte en opinable. En este sentido, las películas y series actuales suelen ser muy comedidas en sus afirmaciones antropológicas. Muchas veces, su valor está en el retrato fidedigno que hacen de lo humano como algo por solucionar, de la vida como una relato de búsqueda, de la moral como algo necesario pero que en nuestra cultura se hace difícil articular. Como ejemplo tenemos la figura del anti-héroe, tan típica de las ficciones actuales. En la teleserie Breaking Bad, el protagonista, Walter White, es alguien que intenta mantener a su familia a toda costa y se convierte en un rehén de sus propios planteamientos. Se acaba convirtiendo en un super-hombre nietzscheano. De su historia podemos aprender muchísimas cosas para la propia vida… Pero las conclusiones las tiene que sacar el propio espectador. Sin eso no hay verdadera educación.
Más información:http://signishispania.wordpress.com
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