Cada vez es más habitual encontrarnos en las salas con documentales que por su originalidad o por su carácter cinematográfico encuentran aquí un lugar más adecuado para su exhibición que en la pequeña pantalla. Concretamente, dentro del género musical han triunfado en los últimos tiempos títulos tan interesantes como “Searching for Sugar Man” o la reciente “A 20 Pasos de la Fama” que se han abierto un hueco incluso en la gala de los Óscar.
“20.000 Días en la Tierra” no es un documental sobre Nick Cave. Es una original mezcla de ficción y realidad que nos adentra en la vida del peculiar artista australiano, a través de sus sueños, conversaciones, ensayos y otras pinceladas de su vida. El formato te atrapa con su inteligente manera de contarnos las peculiaridades del personaje, utilizando recursos tan dispares como la consulta con su psicoanalista, imaginarias conversaciones durante sus viajes en coche o la revisión de antiguas fotos con el propio equipo del film.
No sé si, después de ver la película, uno termina conociendo realmente al cantante pero lo que a uno sí le queda claro es la constancia y trabajo que un artista dedica a aquello que tanto le apasiona. Músico, actor, poeta,… Nick Cave es la combinación de todas estas facetas, como “20.000 días en la tierra” es la suma de todos esos géneros y formatos que la hacen tan especial.
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