CERRAR LOS OJOS, el cine como terapia

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Más que un testamento vital, más que un homenaje al cine y a la amistad, más que una reflexión sobre el tiempo y la memoria. La nueva y esperadísima película de Víctor Erice es una “jodida obra maestra”.

Un célebre actor español, Julio Arenas, desaparece durante el rodaje de una película. Aunque nunca se llega a encontrar su cadáver, la policía concluye que ha sufrido un accidente al borde del mar. Muchos años después, esta suerte de misterio vuelve a la actualidad a raíz de un programa de televisión que pretende evocar la figura del actor, ofreciendo como primicia imágenes de las últimas escenas en que participó, rodadas por el que fue su íntimo amigo, el director Miguel Garay…

Un impecable Manolo Solo, un José Coronado que desde la contención en el gesto se transforma físicamente y una Ana Torrent austera y precisa, encabezan el reparto. Dan sus mejores registros y destacan por la sobriedad y por la autenticidad. El silencio en la sala del cine se puede cortar cuando los vemos mirar.

La luz tamizada de un Madrid lúgubre y otoñal contrasta con la luz del Mediterráneo, que invita a abandonar lo superfluo. Es una película que rezuma condición humana, sabiduría y buen oficio.

Pasados los 120 primeros minutos deseaba que la película se acabara. Cada minuto de más era una mina que podía dinamitarlo todo. Víctor Erice asume el riesgo y gana. Cuando se está tan alto parece imposible seguir subiendo, pero la película crece hasta el final.

Mientras tanto, CERRAR LOS OJOS continúa con su recorrido internacional que arrancó en Cannes. El prestigioso Festival de Nueva York (NYFF) la selecciona como única representante española. El Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) acogerá la première americana. La Academia de Cine Europeo la selecciona para los premios EFA. Víctor Erice acaba de recibir el PREMIO DONOSTIA a toda su trayectoria en una gala que incluyo la presentación de CERRAR LOS OJOS

Crónica de #JMConte

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