El cineasta japonés Junji Sakamoto, que ya compitiera en la Sección Oficial allá por el año 2000 con Face, nos presenta en esta ocasión, fuera de competición, una historia basada en hechos reales, la de la montañera Junko Tabei, que en 1975 se convirtió en la primera mujer en conquistar la cima del Everest. La gesta la convierte en una figura de talla internacional, pero su reto más complicado va a estar lejos de las montañas y le va a exigir el mayor de sus esfuerzos.
La historia se mueve con continuos flashbacks entre ese año mágico en el que logra hollar la cumbre de la cima más alta del mundo y su presente, en el que combate contra una grave enfermedad. Sakamoto muestra oficio en esta cinta, con correctas interpretaciones y un desarrollo previsible pero bien llevado, si bien la narración peca de excesivo metraje. En el trasfondo de éste relato que nos muestra el coraje, la determinación y el positivismo de su protagonista, subhistorias que nos nos hablan de las servidumbres de la fama y el amor incondicional.

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