Película independiente, de bajo coste, pocos personajes y seleccionadas escenografías, que acoge un intenso melodrama, complejo en tramas de personajes, a pesar de sus escasos 80 minutos. Michael Berry impresiona con su primer largometraje al haber escogido un tema tan comprometido, como lo es la inmigración y el cruce de fronteras y la justicia en Estados Unidos; no obstante, para asegurarse el éxito, se gastó el presupuesto en contar con un notable elenco de actores (Ed Harris, Michael Peña y Eva Longoria), ahorrándose el complicarlo con más y mejores elementos escenográficos. Lo dicho, lo aplaudible de la película descansa completamente sobre su guión y sus protagonistas, que actúan papeles sencillos pero verdaderamente intensos y dramáticos (ninguno se salva de una situación verdaderamente dura).
Ed Harris (nominado 4 veces a los Óscars, ganador del Globo de Oro en “El Show de Thruman” e intérprete en “Appaloosa”, “Enemigo a las puertas”, “La roca”…) interpreta a un retirado sheriff que pasa la jubilación en el rancho junto con su mujer; sin embargo, cuando la muerte de ésta coincide con el cruce de dos mejicanos a tierra norteamericana atravesando sus dominios, no duda en volver a tomar su puesto como representante de la ley para conocer quién fue el verdadero responsable del crimen. Michael Peña (“World Trade Center”, “Crash”, “César Chavez”), interpretando a un joven mejicano deseoso de darle una buena oportunidad a su familia en suelo norteamericano, cruza la frontera acompañado; no obstante, su viaje a Estados Unidos se estropea cuando él y su acompañante son disparados y, afortunadamente, la esposa del ex-sheriff muere; Miguel es encarcelado, sospechoso del crimen. Eva Longoria (“Cristiada”, “Desperate Housewives”), interpretando a la esposa embarazada de Miguel, decide cruzar la frontera con otro grupo de inmigrantes, preocupada al enterarse de la encarcelación de su marido…
La fotografía, intensa y de fuertes contrastes como la tierra mejicana, se aprovecha de los grandes panoramas de la frontera, pero también se centra en la mirada más sentimental y subjetiva de los personajes. Con un tono duro (con algunas escenas fuertes), serio y realista, con una estética de western moderno, Michael Berry recupera la figura de “los hombres buenos” castigados por una El director no desea dejar olvidado ningún asunto relacionado con la ilegalidad en la frontera: tráfico de personas, violación de los derechos de los inmigrantes, robo, asesinato confundido con un sentimiento patriótico, infravaloración del extranjero ante los ojos de la justicia nacional o las dificultades que atraviesan montones de mejicanos para acceder a suelo norteamericano…
En la realidad todos son víctimas de las circunstancias, pero, como bien se guía nuestro protagonista mejicano, son los actos hacia las otras personas (el respeto y la solidaridad) lo que marca la diferencia y lo que hace difícil cometer un crimen contra los demás. No obstante, más allá de las tramas múltiples y los diferentes personajes, el director desea poner acento en su verdadero protagonista: La verdad; las ideas abstractas y los valores de justicia y verdad, que no son aplicadas en papel sino cuando se manifiestan en las relaciones con otras personas.
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