Individuos en la encrucijada

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Aquí tenéis la reseña que nuestro colaborador Kerman Arzalluz ha hecho de El último trabajo de Mark Green, de Fernando Pérez.

INDIVIDUOS EN LA ENCRUCIJADA

No están de más unas consideraciones previas acerca de lo que se entiende por novela negra antes de hacer frente a la crítica de esta ópera prima de Fernando Pérez, El último trabajo de Mark Green. Y es que novela negra y novela policíaca no son lo mismo. En la primera no es crucial la resolución del conflicto, lo que, a mi entender, la hace más interesante, pues le libera de esa atadura y facilita una narración formalmente menos clásica y, por tanto, menos predecible, que puede no discurrir necesariamente de un modo cronológico y construirse con libertad más allá de la estructura “escena del crimen-investigación-resolución del crimen”.

La trata de mujeres se presenta como telón de fondo, es la excusa de esta novela. Pero podía haber sito cualquier otro delito execrable -la pornografía infantil o el tráfico ilegal de órganos- el que constara en ese expediente que María, una jueza idealista e infatigable, trata de investigar y esclarecer, no sin las habituales zancadillas que el aparato judicial, policial y administrativo le van a poner, llevándole hasta el límite –y más allá- de sus capacidades físicas, profesionales y éticas. Junto a María nos encontramos a Abril, una prostituta de lujo, y Mark Green, el protagonista de la novela. El tráfico de mujeres se menciona varias veces a lo largo de la novela pero en ningún momento la narración indaga en el proceso de investigación, en las pesquisas policiales y judiciales si bien, por su condición de mujer, y de mujer resuelta y comprometida con su tiempo, es un asunto que le hace a María, si cabe, involucrarse más con la causa. Entendámonos, trama, haberla hayla, tenemos acción, nos encontramos con una historia que se desarrolla y avanza, con un principio, una transición y un final razonables pero, volviendo a las palabras de inicio, la novela negra –y ésta lo es- no se caracteriza por el desarrollo y resolución de una trama –que sí es exigible a una novela policíaca-. Entonces, ¿qué destaca en El último trabajo de Mark Green, qué le da valor? Sin lugar a dudas, sus personajes: Mark Green, María y Abril.

Mark Green es un asesino a sueldo que ha recibido un encargo conciso y directo, que le va a reportar una suculenta gratificación, tan suculenta que con ella piensa jubilarse –de ahí el título-. Pero; quizá Mark no sea el asesino implacable forjado en el fuego y la arena de la guerra de Irak que él mismo cree que es; quizá María, se encuentre un entramado político, económico, policial y jurídico que haga tambalear sus cimientos; y quizá el reencuentro de Abril con un Mark más vulnerable, le haga plantearse su modo de vida.

Sin duda, se trata de una novela de personajes; tres personajes a los que la vida pone en la encrucijada. El protagonista recuerda al cinematográfico 007 de Sky Fall porque realiza a lo largo de la novela un viaje interior, un recorrido introspectivo en busca de respuesta a unas preguntas que le sacan fuera de su eje de coordenadas, que le desconciertan y le sitúan cara a cara, por primera vez, no con su víctima –a lo que está más que acostumbrado- si no con el espejo. La jueza María es el incansable David frente a un Goliat que es mucho Goliat; y Abril, quizá el personaje menos relevante de los tres, no deja de ser una pobre diabla que se debate entre abandonar una vida miserable y peligrosa por una llena de incertidumbres y aún más peligrosa.

La acción se desarrolla a caballo entre Madrid y San Sebastián, entre el caos y la dimensión brutal de la capital y el encanto burgués y afrancesado de la pequeña ciudad guipuzcoana, como  elección del autor para representar y diferenciar el espacio en el que el protagonista ejecuta y el que elige para descansar y desaparecer.

Novela de personajes bien trenzada, con una concatenación de capítulos correcta, que va dando alternancia a las historias particulares de cada uno de ellos sin que la historia principal que les une deje de avanzar, si bien el autor podría haber incidido más en el perfil sicológico de los protagonistas y sus motivaciones. Un texto que se lee con fluidez y sumo gusto, y que cumple en términos generales con los cánones de la novela negra.

En definitiva, una buena primera novela que augura futuros buenos trabajos del autor.

Kerman Arzalluz

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