Película intimista que desentierra sentimientos latentes del pasado
Carmen, una conocida guionista, se retiró hace un año a una masía solitaria de un pueblo de Teruel. Allí se esfuerza por aumentar la cosecha de aceitunas en la finca heredada de su abuela, con la ayuda de dos amigas que la admiran y de Damián, un manitas que se siente atraído por ella. Un antiguo amor reaparece en su vida para decirle que nunca la olvidó.
Me reconozco en esta película por la temática por el paisaje y por el paisanaje. Hay ideas que ya hice mías: tras el perfeccionismo se esconde la inseguridad. La película no es perfecta, hay determinados homenajes a lo mediterráneo que me sobran. ¿Todavía no nos hemos enterado que no somos el centro del mundo?
Teruel aparece en todo su esplendor como una postal un poco apagada de interminables tardes de verano. Lo que atrapa es esta historia de añoranza de lo que no fue y la química entre los protagonistas que evoluciona desde la hostilidad al afecto profundo. El pasado vuelve, hay sentimientos que siguen latiendo si se les quiere escuchar. Como temas de fondo están las mujeres neorurales acosadas siempre por un medio que no entienden y a veces por el borracho de turno. Aitana Sanchez Gijon y Pere Arquillue están en estado de gracia, forman un tandem que funciona bien.
En esta época de gentrificación y turismo de masas entran ganas de perderse y encontrarse en los pueblos que aún existen de Teruel.
https://www.youtube.com/watch?v=Z7tUR9dTEBs
Critica de #JMConte
Sin comentarios