10 años sin Liz Taylor

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Esta semana han hecho 10 años sin la actriz británica Elisabeth (Liz) Taylor, ya que nos dejó el 23 de marzo de 2011, lo que me ha valido de excusa para hablar de ella con mi amigo y colaborador de esta web Luis Gasca que tuvo la suerte de conocerle personalmente.

Elisabeth Taylor fue una de las principales figuras de Hollywood con una carrera de más de 60 años y protagonista de 75 películas que comenzó con «Fuego de juventud» (1944); ganó múltiples premios entre ellos tres Oscar (uno de ellos honorífico), siendo la única actriz que tiene 4 nominaciones al Oscar en 4 años consecutivos (sólo Igualada en esto por Marlon Brando).

Actuó en míticas películas como «El árbol de la vida» (1957), «La gata sobre el tejado de zinc» (1958), «De repente el Ultimo verano» (1959), «Quien teme a Virginia Wolf» (1966) o «Reflejos en un ojo dorado» (1967). Con «Cleopatra (1963) fue la primera actriz en cobrar 1 millón de dólares, pero en realidad, si se agregan los derechos de taquilla del contrato terminó recibiendo más de 7.

De una belleza espectacular y deslumbrante, fue también sumamente popular por su pasión por las joyas (especialmente los diamantes) y por su agitada vida privada que incluyó tuvo 8 matrimonios (dos con el mismo, Richard Burton, el cual le regaló el diamante más grande y caro del mundo).

A mediados de la década de 1980, se convirtió en activistaa favor de causas humanitarias, especialmente la lucha contra el sida lo que le valió el Premio Príncipe de Asturias en 1992. Asimismo, fue nombrada por la Reina Isabel II dama comendadora de la Orden del Imperio Británico, por lo que recibió el título de Dame, equivalente del masculino Sir.

 

Por último, comentaros la anécdota relatada por Luis Gasca, corría el año 1973 y este era secretario del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (luego sería su director).

Liz Taylor llegó al aeropuerto de Hondarribia…y perdió su equipaje, una vez lo recuperó en el último momento, llegó tarde a la proyección de la película lo que propinó que al pasear su palmito por la alfombra roja del teatro Victoria Eugenia sufriese los abucheos (e insultos) de fotógrafos y periodistas, molestos por el retraso. «Entiendo perfectamente lo que me gritan, pero lo que quedará para la posteridad será mi sonrisa» dijo a Luis Gasca. (Entre otras cosas, le gritaron cacho puta).

Eso sí, una vez en el escenario pidió perdón al público que, tras la proyección de la cinta, le aplaudió como la diva que era. Esta, cansada, no asistió a la cena de gala, por lo que Luis le llevó a la habitación tres bocadillos de jamón especialmente preparados por Arzac para ella, que seguramente le supieron a gloria.

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