Lo que me llevó a escoger “16 Printemps” entre los visionados de la jornada fue la sorprendente juventud de la directora que, con sólo 20 años, supera ligeramente la edad del personaje protagonista de su ópera prima. Hay que tener una gran madurez y valentía para lanzarte a rodar una película con esa edad. Suzanne Lindon no sólo se atreve con eso sino que además es la autora del guión y protagoniza la película.
Y lo cierto es que la aventura arranca bien. Durante los primeros minutos, uno se deja llevar por la naturalidad de las imágenes, las buenas interpretaciones y un personaje diferente del que quieres saber más. La historia trata sobre una adolescente que parece no encontrar su sitio entre las chicas de su edad, hasta que conoce a un atractivo hombre de mayor edad. Punto. Y es que no hay mucho más que eso. La película se desinfla sin que progrese en ninguna dirección, como si fuera víctima del enamoramiento de la protagonista, haciéndole perder la coherencia y el vigor. Pasada la primera media hora, alcanza un estado de estancamiento que convierte la película en un ingenuo diario adolescente, desinflando las expectativas despertadas.
A pesar de todo, celebramos su valentía e indudable esfuerzo que le ha llevado en su debut hasta un Festival de la altura del de San Sebastián. Seguro que el tiempo y la experiencia harán que vuelva a nuestra ciudad con éxitos mayores.
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