La directora de cine Agnès Varda ha recalado de nuevo, a sus a sus 89 años, en el Zinemaldi, recibiendo emocionada la pasada tarde, el Premio Donostia de manos del director del festival. Su filmografía refleja una modernidad constante y un interés inusitado por las vidas ajenas. Huyendo de la interacción, sin contacto físico, propio de la tecnología y sus “redes sociales”, siempre se ha situado al lado de los marginados bandoleros y arruinados afirmando que “todo el mundo tiene la misma necesidad de reconocimiento y dignidad”.
De su filmografía cabe destacar las películas: Lions Love (…and lies) (1960), Cleo de 5 a 7 (1961), La felicidad (1965), Black Panthers (1969), Mur Murs (1981), Documeteur (1980), Las criaturas (1966), Les glaneurs et la glaneuse (Los espigadores y la espigadora) (2000) entre otras.
Ganadora en 2008 del premio César al mejor documental por Les plages d’Agnés, en estos últimos tiempos ha sido galardonada con el Leopardo de Honor (2014) del Festival de Locarno y La Palma de Oro (2015) de Cannes, además contará con el Oscar Honorifico a toda su carrera el próximo Noviembre.
En esta ocasión viene, además, con su documental Visages, Villages (Caras y lugares) en el cual nos brinda su primer proyecto codirigido junto al fotógrafo y muralista J.R., referente del street art. Esta cinta describe de un modo ameno y reivindicativo, su viaje conjunto con J.R. por la Francia profunda, a bordo de una furgoneta con un peculiar fotomatón, y el contacto con sus gentes de las que obtendrán retratos en gran formato que colgarán de las fachadas de sus lugares de residencia, habitualmente en lugares aislados o en abandono.
Varda, que se define así misma como “radical y marginal, pretende crear un vínculo entre el director, el protagonista de la película el espectador. Asegura que “si bien los encuentros son efímeros, estos son grabados luego perdurarán”. Busca provocar la sonrisa y emocionar al espectador mediante la sorpresa para desgranar lo que realmente es interesante en la vida. Evita, además la “cosificación de las personas” mostrándose al servicio de las mismas. Califica su última película como un “documental de encuentros”.
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