De los tres planes que barajaba esta mañana: ir a la playa y aprovechar el soleado domingo, ver el partido de la Real o ir al pase de prensa de “En chance til”, he elegido la peor opción.
La directora danesa, Susanne Bier, presenta un drama (mejor dicho, un dramón) más propio de ser programado en Antena 3 un sábado por la tarde que en la Sección Oficial de cualquier Festival que se precie. Tanto la estética como su tono y argumento, convierten la película en un puro telefilm de sobremesa, en el que los protagonistas son víctimas de las más truculentas penurias.
Atmósferas oscuras, personajes solitarios y una trama que roza lo desagradable. Un lastre demasiado pesado que no consiguen levantar las buenas interpretaciones de Nicolaj Coster-Waldau (el mata reyes de “Juego de Tronos”) y Ulrich Thomsen que da vida a su leal compañero y amigo.
En definitiva, una película que no merece estar en la principal sección de este Festival si este pretende sobrevivir en ese segundo y digno escalón, tras los ya lejanos Berlín, Venecia y, sobre todo, Cannes. Al menos me he librado de ver perder a la Real.
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