Euskal Barrokensemble en Huesca

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Evocar Elkano con belleza y viveza rotundas cara la efeméride

El cuarto de los conciertos del XXVIII Festival Internacional en el Camino de Santiago tuvo una formación de excepción, el Euskal Barrokensemble de Enrike Solinís, que conquistó la Sala Tanto Monta de la Catedral de Huesca con su rotundo directo, dinámico a la par que fiel, mostrando la viveza y el valor de la propuesta: plantear un concierto fresco y colorido, con músicas que contextualizan el viaje de la primera vuelta al mundo que Elkano realizó. “Además, Huesca es un lugar muy especial para nosotros, de facto aquí es donde venimos cuando el tiempo y el trabajo nos lo permiten, exactamente al precioso pueblo de Sahún”, subraya Solinís.

Para el artista vasco, su preocupación era que el espectador pudiera disfrutar y entender la efeméride a través de las músicas evocadoras de las etapas del viaje. Para ello construyó el andamiaje cara un repertorio único que lleva trabajado durante los últimos años, reconstruido y recuperado por Euskal Barrokensemble, desde cantos tradicionales del Pirineo, Castilla y León y el País Vasco, pasando por música culta del Cancionero de Palacio, músicas que contextualizan la diversidad de culturas de la península en el siglo XVI, y otras de diferentes continentes que reflejan la interacción de los europeos con las gentes de otras latitudes.

La Sala Tanto Monta acogió el cancionero del burgalés Federico Olmeda, las músicas de Robert Ballard, Dimitrie Cantemir y Gaspar Sanz. Todo fue deleite, desde la intro escénica de ritmos que dieron paso a la solemnidad desnuda de cada instrumento, hasta los coros heroicos que bosquejaban el asombro sonoro. Épica popular y colectiva, sensible también a preciosos solos —preparados en modo indígenas, culturas y religiones—, conformando así el crisol de un espectáculo más que redondo.

Para Enrike Solinís, conmemorar el 500 aniversario de la primera vuelta al mundo, prestando especial interés a las músicas de la época, supone enfrentarse a “una etapa de encuentro y compartir sin igual. Además, la imagen del barco en el que los marineros y gentes de diferentes nacionalidades pasaban meses compartiendo vivencias y por supuesto, músicas, narraciones, instrumentos en unos pocos metros cuadrados, se torna maravilloso. Por mucho que los músicos actuales queramos simular o proponer esa diversidad y colorido multicultural, la realidad sería mucho más inteligente musicalmente hablando y desmesurada en bondad artística”.

Como su nombre indica, Euskal Barrokensemble es un ensemble barroco vasco cuya proyección y personalidad hace que desarrolle su carrera, principalmente, fuera de España. Actualmente, comienza a presentar su doble disco libro Juan Sebastián Elkano, que a nivel internacional edita y distribuye Alia Vox, con el que también están teniendo muy buena recepción. “Este trabajo que ha sido muy denso e intenso”.

En este contexto, Enrike Solinís es de los que cree que las músicas pasadas tienen que hacer todavía un gran esfuerzo en su manera de presentar forma y fondo. “A nivel intrínseco de la propuesta musical, tiene que dar muchas vueltas al proyecto que lleva y que trate de ser novedoso, honesto y lo más libre de prejuicios decimonónicos que tanto han encorsetado la música clásico-antigua”.

Y segundo, y no menos importante, “armarse de valor y romper con las estructuras y el sistema generado en la época reciente, llamémosla precrisis, que tenía medios de comunicación, organizadores y discográficas sonrientes ante un negocio que no tenía el fondo artístico de los proyectos en cuenta, y todo debía pasar por unas etiquetas que definían y determinaban el negocio”.

Para el director del Euskal Barrokensemble, hoy en día esas estructuras que todavía tienen mucho poder están cambiando la forma, “pero luchan por mantenerse, y la única salvación a mi modo de ver es la de conectar directamente con el público y entablar una relación que deje obsoleto y sin valor ese sistema del pasado. Por eso puedo decir que estamos en proceso de cambiar y en un buen momento en el que no se debe bajar la guardia. El fin es presentar proyectos transversales, comunicativos y que trasciendan más allá del capital”, apuntala Solinís.

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