Os paso información de dos interesantes exposiciones, que las disfrutéis.

Paisaje urbano, una exposición de Adriana Ibargoyen en el Centro Cultural Ernest Lluch

 El viernes 1 de octubre se inauguró en en el Centro Cultural Ernest Lluch la exposición Paisaje urbano de la pintora Adriana Ibargoyen.  La muestra se podrá visitar en la Sala de Exposiciones del centro hasta el próximo 1 de diciembre, en el horario habitual: de lunes a viernes, de 16:00 a 20:30 horas; los sábados, de 17:00 a 21:00 horas.

Adriana Ibargoyen propone cuadros que parten de los principios del cubismo en composiciones en las que experimenta con el paisaje urbano. También trabaja atrevidas composiciones con objetos cotidianos que dan lugar a bodegones domésticos con copas, frascos de perfume, etc.

En algunas obras aplica la técnica del “collage”, y para ello utiliza, entre otras cosas, recortes de un periódico estadounidense de 1926, dirigido a la mujer de la época. De este modo busca representar una ruptura a nivel estético, partiendo de objetos y pensamientos contemporáneos que fusiona con elementos del pasado.

En esta muestra la pintora trabaja con escenarios urbanos, iluminando más unos planos, sobreexponiendo otros, saturando partes… Un juego que da como resultado interesantes composiciones de ciudades en las que los viandantes dejan el protagonismo a las luces de los coches y farolas. Porque es cuando las calles están solas, prácticamente vacías, cuando parece que fueran sólo nuestras, es cuando realmente podemos sentirlas.

Koldo Etxebarria expone en el Centro Cultural Lugaritz una reflexión sobre la contemplación y la belleza metafísica del ser humano

 El pasado  jueves 7 de octubre, se abrió al público en el Centro Cultural Lugaritz una muestra de Koldo Etxebarria titulada El silencio del ser. La exposición se podrá visitar en el horario habitual (de lunes a viernes: 9:30-13:00 / 16:00-20:00) hasta el 29 de octubre.

La colección es parte de una muestra itinerante que arrancó en Bilbao y llega a Donostia tras su paso por Vitoria-Gasteiz y otras poblaciones del País Vasco. La investigación que realiza en la muestra expuesta en Lugaritz ahonda sobre la belleza metafísica como dimensión esencial del ser humano que, junto al sentimiento, el gozo poético y la armonía, se ubica en el espacio interior del ser humano.

El principal recurso poético que utiliza es la figura humana en actitud contemplativa y en silencio, abierta hacia lo que le rodea desde la belleza metafísica interior. La función del arte es despertar, a modo de espejo, esta belleza, experimentarla en primera persona, ya que es una dimensión interna que pertenece a todos los seres humanos.

Los elementos arquitectónicos de las imágenes nos indican que la belleza está en lo cotidiano, donde el ser humano vive habitualmente, en su casa, su trabajo y su tiempo de ocio. Los espacios silenciosos, enmarcados por las arquitecturas, acogen y arropan a la figura humana contemplativa en una atmósfera de quietud, siendo la luz y el color, que bañan estos espacios urbanos, los que crean la armonía entre el ser humano y el entorno.

El arte es útil en la medida que nos propicia ese estado interior. La función del arte es devolvernos al origen de la belleza como experiencia que está en el propio ser humano. La belleza metafísica es un estado interior y la función del arte tiene que ser la de llevarnos a ella de una manera vivencial.

Koldo Etxebarria lleva 27 años trabajando en el departamento artístico de ETB. La técnica que utiliza esta basada en la tecnología de ultima generación para lo que se vale de diversos programas informáticos. A su vez Etxebarria cuenta con una sólida formación en filosofía oriental y Zen cultivada con Jean Klein, Ramana Maharshi, Antonio Blay, Consuelo Martín y Anthony de Mello. En consecuencia ha impartido diversas conferencias sobre la conexión entre la filosofía oriental y el Arte.

Sólo en el último año Koldo Etxebarria ha expuesto su obra en DIGITAL ART GALLERY OF LOS ANGELES en UUEE, ha participado en una exposición colectiva sobre derechos humanos junto con obras de Oteiza, Chillida e Ibarrola en la universidad de Alcalá de Henares, así como en la feria DEARTE, en Madrid.

Cuenta con varios premios en su haber, entre los que destacan los obtenidos en sucesivas ediciones del Certamen Nacional del Arte y Tecnologia y el certamen Ertibil de la Diputación Foral de Bizkaia.