Thriller, drama, terror tiñen la nueva producción de Ignacio Tatay. Camino de la urbanización de lujo, en medio de la oscuridad del bosque, lo único cierto es el trazado de las rayas de la carretera. Paula (Elena Anaya) y su marido (Pablo Molinero) regresando a casa, ven como el faro de la moto que viene en sentido contrario recorta la silueta de una niña que deambula sola por la carretera. Nadie la reclama tras el accidente No habla, sufre ataques de pánico, solo las rayas pintadas en el suelo que delimitan su espacio le dan seguridad. La pareja se interesa por el estado de la accidentada, entre Paula y la niña surge una conexión especial. Cuando termina la atención hospitalaria el matrimonio decide acogerla temporalmente en su casa. Los amigos de la pareja ven con recelo la implicación de Paula en una serie de extraños acontecimientos que ocurren en torno a la niña. La imposibilidad de tener hijos y diferentes posturas frente a los hechos provocarán una crisis en la pareja. Contra todos, Paula intentará descubrir el enigmático pasado de la niña.
Jaula tiene todos los ingredientes para triunfar en las pantallas y en las plataformas: thriller, drama, terror, … La trama deshilachada al principio se va engranando y se resuelve en un final tenso y misterioso.
Destaco en positivo el trabajo de actores, Elena Anaya devora la cámara, interpreta al personaje de Paula de forma contenida al mismo tiempo que transmite una gran carga emocional, dando a su personaje múltiples matices. La niña (Eva Tennear) está a la altura y da la réplica. Carlos Santos está inmenso. La banda sonora de Snorri Hallgrimsson es de una gran emotividad, pero en algunas en escenas es excesiva.
Jaula nos habla de prisiones interiores, en los límites a veces autoimpuestos
Critica de #JMConte
Sin comentarios