Dirección musical: Martin Mazki
Dirección de escena: Roberta Mattelli
Dirección artística: Luis Miguel Lainz
Diseño escenografía y vestuario: Alfredo Troisi
Decorados: Talleres Opera 2001
Vestuario: Sartoria Arrigo (Milán-Italia)
Calzado: Calzature di Epoca (Milán-Italia)
Peluquería: Mario Audello (Turín-Italia)
Orquesta, solistas y coros de la Cia. Lírica Ópera 2001.
Ballet Español de Murcia (Cía Carmen y Matilde Rubio)
Violetta (soprano): Ainhoa Garmendia
Alfredo (tenor): Juan Carlos Valls
Germont (baritone): Giulio Boschetti
Marques d’Obigny (bajo): Geo Chovanov
Baron Douphol (baritone): Nikolay Bachev
Gaston (tenor): Dimiter Dimitrov
Flora (mezzosoprano): Roberta Mattelli
Annina (soprano): Tsvetomira Gitsova
Doctor (bajo): Vladimir Nikov
La compañía lírica Ópera 2001 ofreció ayer la conocida y exitosa ópera “La Traviata” de Giuseppe Verdi (1813-1901), con libreto de Francesco Maria Piave y basado en el libro de Alejandro Dumas titulado “La dame aux camelias” (La Dama de las Camelias). La representación se celebró en el Teatro Amaia de Arrasate, y pudimos ver a la soprano vasca Ainhoa Garmendia, nacida en Legorreta, en el papel principal de Violetta. El teatro estaba completamente lleno y la verdad que fue una verdadera delicia para los sentidos.
La obertura dio comienzo al primer acto, en la que se reproduce musicalmente el final de la historia, profundamente triste, seguido del tema de amor. Dos bailarines fueron los encargados de representar estas emociones y de dar comienzo al espectáculo, acompañados de la orquesta que interpretó de manera exquisita la obertura. La música se fue animando hasta llegar a la fiesta de Violetta Valery (Ainhoa Garmendia). Gaston (Dimiter Dimitrov) llega a la fiesta acompañado de su amigo Alfredo (Juan Carlos Valls), que está locamente enamorado de Violetta. Y así, llegó uno de los momentos más brillantes de la ópera, que es la escena del brindis “Libiamo ne’ lieti calici”. Alfredo y Violetta son los protagonistas en esta aria, y consiguieron hacer una interpretación excelente con la ayuda de la orquesta y el coro, y es que todos estuvieron perfectamente sincronizados. Después del brindis, Alfredo y Violetta se quedan solos, y es cuando interpretan el dúo “Un di, felice, etérea”. A continuación, llegó la hora de disfrutar de la magnífica voz de la soprano vasca, y se lució con “Ah, fors’e lui”, meditando si sería un verdadero amor, y con “Sempre libera”, concluyendo el primer acto con la conclusión de que ella no puede amar y debe ser siempre libre. Dos arias conocidísimas, con las que la soprano nos hizo vibrar.
El segundo acto está dividido en dos escenas, y en la primera escena del segundo acto vimos un gran cambio en cuanto a la escenografía. Mientras que el primer acto tenía elementos para ambientar el brindis y la fiesta de Violetta, en el comienzo del segundo acto había muy pocos elementos, ya que la escena está situada en la casa de Violetta, y es suficiente con una mesa y una silla a cada lado del escenario. Llegó el punto de inflexión del desarrollo dramático de la ópera, con la llegada de Germont (Giulio Boschetti), padre de Alfredo, y su profunda voz de barítono. Este trata de convencer a Violetta de que abandone a Alfredo, y aunque Violetta le dice que no puede poner fin a su historia con Alfredo, al final acepta y escribe una carta en la que se despide de él. Para finalizar la primera parte de este segundo acto, Violetta se despide de Alfredo con el tema de amor con un fuerte sentido dramático, el aria “Ammami Alfredo!”.
En la segunda escena del segundo acto, predominó sin lugar a dudas el color rojo, tanto por el vestuario como por la escenografía, color que ambienta la fiesta en casa de Flora (Roberta Mattelli), a la que Violetta acude con el conde Douphol (Nikolay Bachev). El Ballet Español de Murcia hace su aparición estelar en esta parte, y muestran gran elegancia los cuatro bailarines que componen el ballet. Por su parte, en esta escena aflora el fuerte carácter de Alfredo, que tira dinero a Violetta, diciendo que le debe dinero por los servicios prestados mientras vivieron juntos. A pesar de ello, Violetta se vuelve hacía Alfredo e interpreta “Alfredo, di questo cuore non puoi comprenderé tutto l’amor”, pieza con la que Ainhoa Garmendia nos muestra su lado más dulce y romántico, y vuelve a poner de manifiesto la poderosa voz que tiene, finalizando así el segundo acto.
El tercer acto comienza con un tono más dramático, y vemos a Violetta en su cama debido al avance de la tuberculosis. Fijándonos en la escenografía, vemos un decorado más simple, con la cama de Violetta y una mesa al otro lado del escenario. Y por fin, llega el dramatismo y la magia especial de “Addio del passato”, que la soprano interpreta de manera sublime. Tras este duro momento que nos deja a todos con el alma en vilo, llega Alfredo y el reencuentro de los amantes se sella con el precioso dúo de amor “Parigi, o cara, noi lasceremo”, que los dos intérpretes ejecutan perfectamente. Violetta cree revivir, pero un momento después muere en brazos de Alfredo.
La escena final contiene una sobrecogedora dimensión trágica, y la ejecución de la voz y la interpretación deben de ser perfectas para dar la dimensión que necesita este final. Ainhoa Garmendia y Juan Carlos Valls cumplen a la perfección su papel, y hacen que la obra tenga un final como merece esta maravillosa obra. Además de los papeles de Alfredo y Violetta, hay que destacar la profunda voz de barítono de Giulio Boschetti, que interpreta a Germont. Estos tres papeles son clave para la obra de “La Traviata”, y la verdad que Garmendia, Valls y Boschetti componen un trío perfecto en esta representación de la obra de Verdi.
La compañía Ópera 2001 seguirá de gira con representaciones de “La Traviata” por toda España durante el mes de noviembre, y la próxima producción será “Las Bodas de Fígaro” de Mozart, que se representará en febrero y marzo de 2014.
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