Cassey Affleck’s en su ópera prima nos presenta una distopía en un mundo en el que han muerto todas las mujeres.
Padre e hija huyen, no andan buscando compañía, son a su manera el arca de Noé de un futuro post-apocalíptico, pero esta película es sobre todo “una aventura de amor” y supervivencia.
La madre aparece en flashbacks, en un mundo de hombres huérfanos o viudos. Es el padre el que transmite valores a través de cuentos morales más allá de la ética:”los pies solo son perfectos cuando llegan al suelo”.
En la casa abandonada, la vida se ha congelado, se presiente una catástrofe en esta Pompeya del siglo XXI, hay polvo en lugar de las cenizas. Los espacios vacíos se ocupan y el misterio se acentúa.
La luz tamizada del invierno en el bosque crea una atmósfera cargada de misterio que se va desvelando poco a poco y nos muestra un futuro sin esperanza, sin alegría.
El guion va creciendo en intensidad. Partiendo de las cotas bajas de la intimidad el ritmo va creciendo y las amenazas imaginadas se convierten en peligro inminente. La tensión se resuelve con violencia.
Cassey Affleck’s derrocha talento como director, guionista e intérprete. Anna Pniowsqui da vida a la pre-pubescente hija de manera magistral. Ambos nos regalan momentos de intimidad sincera.
Critica de #JMConte
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