El cantautor madrileño ha fallecido esta madrugada a causa de un infarto en su casa de Zahara de los Atunes, Cádiz a los 71 años.
Yo descubrí a Javier Krahe en el mítico disco recopilatorio de Joaquín Sabina y Viceversa, con su Cuervo Ingenuo, que recientemente salto a la palestra por cantarla con Pablo Iglesias.
Tuve la suerte de ir a un concierto suyo en la UPV una mañana, unos minutos antes estaba solo con su sempiterno cigarro, desapercibido. Al concierto fuimos cuatro gatos y fue increíble.
Y es que a pesar de 14 discos, unas 150 canciones, haber ofreció más de 1.500 conciertos a lo largo de sus más de 45 años de trayectoria música y ser uno de los autores más queridos y prolíficos del panorama musical español, no gozó del favor del gran público, si exceptuamos los primeros ochenta en los tiempos de ‘La Mandrágora’ con Joaquín Sabina y Alberto Pérez.
Se puede decir que estuvo algo censurado, marcado como maldito y de culto; y es que era cañero y crítico, sin venderse, el último de una clase de cantautores de auténtica izquierda comprometida.
Javier Krahe, cantautor, compositor satírico, ácido y polémico, bebió de sus admirados George Brassens y Leonard Cohen. Su marca personal era la sátira y la provocación, con humor negro e incisivo, como atestiguan su canciones entre las que destaco la mítica Marieta o El burdo rumor.
Se ha ido un grande la movida madrileña y una de las poca voces críticas que nos quedaban.
Hasta siempre Javier y gracias por todo
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