Lady Macbeth, ópera prima de William Oldroyd, se estrenaba esta mañana y ya se ha convertido en una de las candidatas a varios de los premios por ser, sin duda, de lo más interesante en lo que llevamos de Festival. Una magistral Florence Pugh encarna a Katherine, una joven inglesa que se casa con un hombre mayor y que, dado lo insatisfactorio que le resulta ese matrimonio, decidirá hacer todo lo necesario (de ahí la alusión al personaje de Shakespeare) para liberarse de las normas sociales que conlleva el papel de esposa en la Inglaterra del siglo XIX y convertirse en una mujer libre.
Con momentos cómicos que surgen precisamente del choque que supone para el espectador esa ruptura de convenciones, la frialdad y amoralidad del personaje acaban convirtiendo a Katherine en un personaje terrorífico en una película a la que no le sobra nada y que acaba con un plano final realmente sobrecogedor. Un film en el que destaca, además de la actuación de su protagonista, una gran fotografía; unos planos de Katherine fabulosamente compuestos, siempre bien centrados, estables y equilibrados, que reflejan la determinación inquebrantable del personaje y que solo se desequilibran cuando esa voluntad flaquea.
En definitiva, film que ya se coloca entre las favoritas a la concha, aunque aun queda festival. Esperemos que le salgan rivales.
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