Daniel Monzón, director de la exitosa y espléndida película “Celda 211”, que podría decirse que pasó a formar parte del registro de las mejores películas españolas actuales, se inclina por otra historia, igualmente realista (sin apenas efectos especiales) y dramática, que toca el ámbito del crimen y de la ley, pero en vez de hablar de presidiarios, nos cuenta cómo funciona todo el tema del tráfico de drogas en el Estrecho de Gibraltar, recogiendo una problemática real y actual a la que se enfrenta diariamente el país.
Para este largometraje, Daniel Monzón de nuevo cuenta con su actor fetiche, Luís Tosar («Celda 211», «Te doy mis ojos», «Los lunes al sol»), que interpreta a un policía que anda tras la mafia que maneja todo el contrabando entre fronteras. En su investigación se cruza con un nuevo contratado para el transporte de drogas, un joven al que se le conoce por el apodo de “El Niño” (Jesús Castro), quien le conduce hasta la cabeza de la mafia que opera en el Estrecho. De esta forma, empezamos la historia acompañando a nuestro protagonista héroe, el policía incorruptible Jesús, pero pronto la trama se inclina a favor del antagonista, El Niño, quien pasa a convertirse en el favorito del público; ambos dos, incompatibles ante la ley, pero iguales en humanidad, se presentan como víctimas de una situación y un ambiente corrupto.
El joven actor ha sido un fichaje repentino, incluso me atrevería a decir casual (aunque no han tardado en volver a pedirle que apareciera en escena para la película de “La isla mínima”); sin destacar en la interpreación, ya que es primerizo en el oficio, no deja nada indiferente al espectador dada su enigmática expresión (¿será por la impresión que causan sus intensos ojos claros?). No obstante, nada comparable con Luís Tosar, uno de los más reconocidos actores españoles del cine actual, e incluso con el compañero de crimen de El Niño, Jesús Carroza, al que vimos también en “Celda 211” o en “Grupo 7”.
La trama se divide en dos historias paralelas, el punto de vista que va siguiendo la actividad de contrabando de El Niño y sus dos amigos y, por otro lado, la línea de investigación del policía, lo cual favorece que nos embauquemos enseguida por la tensión que se produce ante la constante situación de peligro; aunque quizás acabamos perdidos por algunas escenas de romance, demasiado largas y carentes de sentido dentro del enigma de la historia. La frivolidad con la que se toma El Niño los asuntos del contrabando y sus tratos con la mafia inquietan aún más al espectador, consciente de que el peligro es latente y que en absoluto esa situación es para tomársela como un simple juego o pericia.
El público acompaña al policía en su desesperante búsqueda del verdadero cabeza del grupo mafioso pero, emocionalmente, uno termina inclinándose por el personaje más víctima y humano de la película, que resulta ser El Niño (cuando el verdadero héroe, noble y justo es el personaje que actúa en favor de la ley, el constante seguimiento de la motivación de El Niño por cumplir sus encargos de contrabando, que acaba resultando ser altruista e incluso una hazaña heroica para ayudar a sus compañeros, consigue atrapar completamente al espectador).
La película, sin duda, ha contado con un alto presupuesto y apoyo de producción, pues uno se admira ante las escenas de mayor complicación de rodaje (ya que gran parte de la cinta se desarrolla en el mar). La cámara, durante las escenas de máxima acción, como la persecución del helicóptero policía a la lancha de los contrabandistas, sigue de pleno el movimiento frenético con perfecta técnica y realismo, hecho que impacta aún más al verlo dentro de una cinta de producción española.
La gente acudió al cine con la expectación de encontrarse con un nuevo exitazo del director de “Celda 211” y acaban descubriendo una cinta igual de sorprendente, quizás con mucha más dosis de acción y con un trabajo de guión quizás no tan brillante como el anterior, pero que tampoco defrauda. Esta película se ha convertido en el mejor estreno del año, superando en su primer fin de semana a la gran aplaudida película de “Ocho apellidos vascos”.
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