Este viernes es el estreno de Lady Off en Cine Príncipe de San Sebastián y otras ciudades de España, por lo que recuperamos la entrevista que le hicimos a su productor Asier Vázquez en el pasado Zinemaldi.
El cine low cost ha de ser un paso inicial, no una virtud
Como dice Iñaki en la entrevista Koldo Almandoz nos gusta charlar de vez en cuando con nuestros cineastas, u una parte importante de los mismos son los productores.
De un tiempo a esta parte, y no solo por las nuevas tecnologías, pero si en mayor medida por ellas, ha surgido un nuevo modo de hacer cine y un nuevo tipo de cineastas. De todo ello hablamos un poco con el productor bilbaíno Asier Vázquez, que junto a José Alba de Pecado Films ha producido Lady Off, dirigida por David Rodríguez Losada que este Zinemaldi competirá en la sección Zinemira.
Lady Off es un drama psicológico que trata un tema relevante y de actualidad, la cosificación y el abuso a la mujer (en este caso, en el mundo artístico/cultural), desde un punto de vista original y con un corte de cine indie neoyorkino, urbano, sensible y sugerente. Está escrito y dirigido por David R.L., nominado al “New Vision Award” en el Santa Bárbara Int. Film Festival por su ‘opera prima’ (La noche del ratón) y protagonizado por sorprendentes actores noveles.
A sí, Lady Off se adentra en los ensayos de una escena concreta de Ricardo III (de William Shakespeare) por parte de una compañía de teatro off, explorando la fina línea que separa la realidad y la ficción, y el consentimiento y la agresión.
¿Nuevas tecnologías, nuevas formas de producción, se puede hablar de cine low cost? Más fácil de producir, más difícil de exhibir. En relación con esto, indudable espaldarazo de estar en sección Zinemira.
Es evidente que la evolución de las nuevas tecnologías en lo que al ámbito del audiovisual se refiere en los últimos diez años aproximadamente han producido un choque entre la vieja y la nueva forma en la que el cine puede ser hecho. Desde luego, yo considero que hace veinte años con poco dinero nunca hubiéramos podido tener la opción de rodar esta película. Y, sin embargo, hoy en día, con una cantidad digamos que asumible, podemos acceder a medios técnicos muy buenos con los que podemos levantar una película con un acabado profesional.
Del mismo modo, sucede que, al crear películas de un cierto perfil, dado que los pocos medios técnicos y económicos limitan las posibilidades en lo que al tamaño de los proyectos se refiere, cuesta al tener ya un producto final que logre entrar en el mercado.
En todo caso, creo que esto no sucede únicamente por el tipo de películas que surgen mediante este tipo de tecnología y este tipo de equipos humanos, sino que también tiene mucha relevancia que, por ejemplo, el director no sea aun suficientemente conocido o que la película no tenga una temática o un tono o unos códigos confeccionados para un público masivo. Existe, sin duda, un cine low cost, pero no como algo virtuoso que debamos alabar, sino como un ejercicio de supervivencia que, desde luego, no ayuda a crear industria. Este tipo de cine, al menos desde dentro, desde nuestra posición, debe ser un paso inicial para quienes queramos entrar en el mundo del cine. Pero resulta palmario y perentorio que seamos capaces entre todos, entre todas las partes implicadas en el sector, de que haya formas de que exista el relevo, que los nuevos directores, productores, actores y actrices, técnicos etc. podamos ingresar en el mercado y poder aportar nuestro trabajo, nuestro talento y, en definitiva, nuestras historias.
Respecto a Zinemira, por supuesto, es maravilloso poder estar allí, y esperamos que la gente que vea la película pueda disfrutarla. Y, por supuesto, esperamos que sea el comienzo de muchas otras cosas buenas para todos los que hemos participado en la película.
Producción vasca, actrices canarias, rodada en Madrid…siempre a vueltas con el cine vasco. Como dijo aquel; ¿el cine vasco se hace en Madrid? Merece la pena ponerse esa etiqueta o es contraproducente.
Cuando afrontamos el proyecto, yo al menos, nunca tuve en mente etiqueta alguna. Supongo que al haber bastante gente vasca en el proyecto algo de cine vasco estará por ahí flotando en alguna parte.
Pero, por ejemplo, dos de los actores son canaria y mallorquín, con lo que ahí ya tienes otro tipo de energías que están sumándose al coctel. Y, además, hay una gran cantidad de gente madrileña que completa la ecuación. Eso por no hablar del coproductor, que es malagueño. Con que a mí, sinceramente, no me preocupa si es o no es una peli que bebe del cine vasco, sino si es una peli que gusta o no gusta, si tiene verdad, es honesta y transmite algo que el público pueda apreciar.
Película teatralizada, teatro dentro del cine, Shakespeare y violencia de género… ¿un tanto arriesgado no? Como se malinterprete el políticamente correcto te hunde.
La verdad es que no sabemos cómo va a tomar la gente la película cuando la vea. Es un argumento complejo, actualísimo, lleno de lirismo, de sutileza, de simbología y claves que el espectador tiene que gestionar. Nosotros lo hemos hecho todo con un afán absoluto de intentar entregar un producto, un artefacto, que, ya digo, resulte interesante y enriquecedor a quien la vaya a ver.
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