Isaki Lacuesta es el reciente ganador (por segunda vez) de la Concha de Oro del pasado Zinemaldi por Entre dos aguas, del que también se ha llevado el Premio Signis. Todo lo cual bien merece una entrevista, realizada por Iñaki Camacho y yo mismo.
Además del regreso a San Sebastián, también hay un regreso a los personajes de otra película tuya: La Leyenda del Tiempo. ¿Cuándo y por qué decidiste que era el momento de volver a ellos?
Siempre decimos de hacerlo, hace 5 años pensamos que ya era el momento. Habíamos sido padres los tres, además nuestras tres niñas nacieron con 24 horas de diferencia. También el paso de la adolescencia a ser adulto, nos habíamos hecho mayores. Eso también nos interesaba No obstante teníamos muchos problemas de financiación. Cheíto había vuelto de la Armada…pero, como te decía, el hecho de ser padres. nos dimos cuenta que era el momento. No es casualidad que la película arranca con el parto de la tercera hija de Israel.
¿Habrá una tercera vivencia con ellos?
No lo sé. Cuando empezamos la primera pensamos “si esta familia sigue estando” A mí me interesa este lenguaje del cine, pero conlleva mucho desgaste.
¿Por qué has optado por el 16mm? ¿Cómo ha afectado esta elección al rodaje y al resto del proceso?
Me interesa esta pregunta. El formato que escoges, de algún modo, le habla al espectador de cuando está hecha. La Leyenda del Tiempo, digital, sabes que es del Siglo XXI. En Entre dos aguas, cuando Cheíto, sale de militar está en 16 mm, y podrían ser los años cincuenta del pasado siglo. Rodar con celuloide da la sensación de tiempo estancado. Normalmente los flash backs se ruedan en blanco y negro y el presente en color; aquí el presente es en 16 mm y el pasado en digital, apuntamos una contradicción, quizá subliminal, pero me gusta crear esa sensación, es lo que me interesa.
No pudo ser verte con Naomí Kawase que canceló su visita al Festival de San Sebastián, te lo digo porque, acuérdate, cómo pusimos en el cineclub Kresala In between days (2011) tus conversaciones con ella el día que viniste a visitarnos con Oskar Alegría.
No sabía que venía para el Festival. Ahora, en noviembre, nos van a hacer en el Centro Pompidou de Paris una retrospectiva a los dos, de noviembre a enero, por lo cual, la veré. Proyectan todas mis películas; además de hacer una pieza de 20 minutos autobiográfica. El estreno en Francia de Entre dos aguas se hace en esta retrospectiva del Pompidou. Y también se proyectará Los Pasos Dobles. Las dos Conchas de Oro se verán en esta retrospectiva.
Si te diré que me gustó la programación de este año. Me ha hecho ilusión estar, por ejemplo, además de con Naomi con Vermut y Claire Denis, en el mismo cartel.
Pregunta obligada. ¿Cómo sienta una segunda Concha de Oro?
No me lo esperaba en absoluto. Sí estoy satisfecho con el trabajo hecho, nunca antes había estado tan contento con un trabajo. pero no me lo esperaba. Feliz y satisfactorio. La recepción tan violenta de Los pasos dobles me dejó una cicatriz, pero me la he sacado con esta segunda Entre dos aguas.
Fue muy bonito ver a Isra y su familia salir contigo y luego al equipo subir al escenario…
Dije de subir al equipo técnico porque esta película ha sido plural, con mucha implicación, como una familia. Fue duro el rodaje y sin esa implicación no habría salido.
¿Cómo ves el premio Signis, otorgado por la Asociación Católica Mundial para la Comunicación? ¿Te ha hecho ilusión? ¿Crees que “va” con la película?
Me sorprendió. Nos hizo ilusión. No es una película que sea tan evidente, pero puede encajar con esos valores cristianos.
A modo de anécdota te diré que el técnico de sonido me dijo que si el premio era por la secuencia en la que Israel se lía un porro con la página de la Biblia. También te diré que no es la primera vez que me dan el premio Signis. En Buenos Aires me lo dieron por Los condenados, en el año 2009. Y por supuesto se lo voy a decir a una tía mía del OPUS.
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