La Isla Mínima, de Alberto Rodríguez, se ha proclamado vencedora en la XX edición de los Premios José María Forqué, que también ha coronado a su protagonista, Javier Gutiérrez, como mejor actor y a Bárbara Lennie como mejor actriz, por Magical Girl. El Niño y Ocho apellidos vascos, las otras dos favoritas, se han quedado sin reconocimiento en esta gala que abre la temporada de premios del cine español, organizada por los productores audiovisuales de EGEDA y que ha sido presentada por la cómica Ana Morgade.
José Antonio Félez, productor de La Isla Mínima, ha cargado de tintes políticos su discurso de agradecimiento, al subir a recoger el premio al mejor largometraje de manos del director Alex de la Iglesia. «2014 ha sido un año de luces para el cine español, con una cuota de pantalla histórica —del 25 %—, y con más afluencia a las salas», ha dicho
«Pero también ha tenido sombras que comprometen la producción cinematográfica del futuro», ha precisado, para finalizar expresando su deseo de que 2015 «sirva para configurar un nuevo marco regulatorio y fiscal que ayude a dinamizar el sector».
Javier Gutiérrez se llevó el premio a la mejor interpretación masculina por su oscuro inspector de policía de La Isla Mínima, por el que ya fue reconocido con la Concha de Plata en el festival de San Sebastián, y por el que también está nominado al Goya.
El actor, que lo recogió de manos del cineasta Julio Medem y la actriz Elena Anaya, le dedicó el premio a su compañero de reparto, Raúl Arévalo, rival en los principales premios cinematográficos del año, incluidos estos de EGEDA y los Goya. «Mi trabajo no tendría sentido sin el trabajo de Raúl», subrayó Gutiérrez, y destacó la «generosidad» y el «talento» de su compañero de reparto en el thriller de Alberto Rodríguez.
En el lado femenino, el premio a la mejor actriz fue para Bárbara Lennie por Magical Girl, aunque recogió el premio su director, Carlos Vermut, ya que la actriz madrileña se encuentra en Uruguay. «Este año ha sido bueno y van a ser mejores los que vengan», dijo el director de su propia cosecha, antes de leer una breve carta de agradecimiento de Lennie, dirigida a Vermut y a los productores de la película.
La coproducción hispano argentina Relatos Salvajes, de Damián Szifrón, que era finalista por partida doble, como mejor película española y latinoamericana -un doblete que se repite en los Goya-, se alzó como vencedora en esta segunda categoría. Los actores Carmen Maura y Ernesto Alterio entregaron el premio a los productores españoles de El Deseo, Esther García y Agustín Almodóvar. Ambos destacaron las «alegrías» que les ha dado esta película, que sólo en España han visto ya 750.000 espectadores, en Argentina ha batido récords y que compite también por el Oscar a mejor película de habla no inglesa.
«Cada día nos llega una nominación, un premio o se abre un nuevo mercado, pero no siempre fue así», recordó Almodóvar. «Sobre el guión era una película muy desconcertante, pero al final se ha convertido en un pequeño fenómeno y estamos muy orgullosos de haber arriesgado, junto a Damián Szifrón».
Y el premio al mejor largometraje de animación fue para Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, de Javier Fesser, que lo agradeció a sus productores. «Me han hecho sentir como si estuviera trabajando en una superproducción», dijo.
Premio a RTVE
Enrique Cerezo, presidente de EGEDA, hizo subir al escenario a Concha Velasco para entregar la Medalla de Oro de este año a «la primera pantalla del cine español», Radio Televisión Española (RTVE), que desde 1981 ha participado en la producción de más de 1.100 títulos. José Antonio Sánchez, presidente de RTVE, agradeció un premio que consideró «merecido», ya que cada año la corporación pública apoya 70 proyectos audiovisuales, más del 90% del cine español se emite en TVE, y el año pasado invirtió más de 23 millones de euros en el sector.
Pese a tener todo en contra, este ha sido un año récord para el cine españolCerezo pronunció también su tradicional discurso en el que agradeció la «valentía» del ministro Wert por haber asistido a la gala -en la que el año pasado fue abucheado- aunque al mismo tiempo le recordó que el Gobierno no ha tratado al cine «como se merece». «Pese a tener todo en contra, este ha sido un año récord para el cine español porque el talento y la motivación siguen intactos», subrayó, antes de proclamar, entre aplausos, que «el cine aporta más a las arcas públicas que lo que recibe de ellas».
«Los productores somos empresarios, corremos riesgos, nos esforzamos por mantener una industria que no cuenta con el apoyo que debería», añadió.
Las alusiones a las dificultades de la industria también salieron a relucir en el guión de la gala, cuando Ana Morgade dedicó unos minutos a recordar la lista de «desaparecidos» del año, que resultaron ser una buena colección de salas de cine. José Sacristán aprovechó sus minutos en el escenario para proclamar un no rotundo contra «la barbarie» que se ha cebado con la ciudad de París. «Que les quede claro, todos somos Charlie».
La gala, como es habitual, estuvo salpicada de actuaciones musicales de grupos como Café Quijano, Alameda Dosoulna, India Martínez, nominada al Goya a la mejor canción o el grupo de teatro Ron Lalá. También se recordó la figura de José María Forqué, director y productor de títulos como «Amanecer en puerta oscura» o «Atraco a las tres.
Fuente: Donostilandia / EFE
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