Llega a Donostia con el León de Oro bajo el brazo y un sinfín de críticas estupendas y parabienes de todo tipo. El Joker de Joaquin Phoenix. Sí, de Joaquin Phoenix, no de Todd Philipps, porque los sucesivos largometrajes de Batman o relacionados con Gotham y su principal protagonista que nos ha ido brindando la historia reciente del cine, siempre han sido un poco más de Joker que de Batman, al menos esa es la sensación que tiene un servidor, hasta el punto que Christian Bale, que fue un dignísimo Batman –podríamos decir que hasta un notable Batman- quedó en su día ensombrado por el estelar y malogrado Heath Ledger en ese memorable Joker que le valió un Oscar póstumo.
Pero es que ahora nos llega un Guasón encarnado por Joaquin Phoenix. Que levante la mano quien pueda decir tres actores que superen hoy día la calidad interpretativa de Phoenix. Es una bestia del celuloide, que puede interpretar con la misma solvencia a un fumeta del Bronx que al pusilánime emperador Comodo, a un reportero gráfico en la masacre de Ruanda o a una leyenda del country. Joaquin Phoenix cubre toda la paleta de registros interpretativos y además está dotado de un físico peculiar que no lo encasilla. Lo mismo podría dar de tipo despistado, que de genio, tonto, corrupto, feucho atractivo… de poli duro, de científico atolondrado o de cajero de supermercado. Y de Joker, por supuesto. Nadie, después de Jack Nicholson y su rostro de chiflado podría estar mejor elegido para el personaje que, además, permite al actor explayarse en el histrionismo, el sarcasmo, la paranoia, la dulzura, el caos…
Ansiosos, pues, estamos de recibir en el Zinemaldi a este Joker que promete, y mucho. Los que la han visto dicen que este largometraje nos muestra la génesis del Joker, cómo el guasón llega a derivar de una persona normal en un sociópata asesino, la progresión de esa conversión física, moral, ética, etc.
Además de haber recibido el reconocimiento unánime de la crítica especializada, que habla de una auténtica exhibición, llega rodeada de cierta polémica porque algunos han entendido que el largometraje puede proyectar ciertos mensajes negativos y provocar comportamientos sociales peligrosos. Por lo tanto, la recibimos además con la dosis justa de polémico, para crear aún mayor expectación.
En breve saldremos de dudas.
#KermanArzalluz
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