Jorge Torregrossa demuestra su talento en el cine, aunque inspira la puesta en escena, así como la estructura narrativa, en su experiencia en televisión, que no es poca, ya que participó en la dirección de títulos como Gran Hotel, Imperium, Tierra de Lobos y El comisario. Es un personaje al que, parece ser, le gustan las grandes producciones y esta vez no se ha quedado corto al apostar por su nueva película, pues comparte en ella producción con Estados Unidos.
La vida inesperada recoge la trama de la serie norteamericana Unexpectid Life, estrenada en el 2010, aunque desplaza el argumento original para readaptarlo entorno a un reencuentro y proceso de reconciliación entre dos primos, Juanito y Jorge: Javier Cámara y Raúl Arévalo. Más que comedia, por cómo presenta la complejidad de las relaciones afectivas, todas ellas caprichosas, efusivas y superficiales, y la agria desenvoltura de ambos protagonistas en un mundo que se les presenta excesivamente grande, el género del filme se parece más al drama, salvo en algunos puntos del guión y, sobretodo, con la interpretación de Gloria Muñoz haciendo de la madre de Javier Cámara, que traga pantalla cada vez que aparece, recuperando en varias ocasiones al espectador de la languidez de la historia.
Javier Cámara regresa como protagonista de una película con tintes de fábula después del éxito cosechado tras el estreno de Vivir es fácil con los ojos cerrados. Ésta vez, en vez de la música de John Lenon, recupera el arte teatral de un escritor español, Miguel Mihura, y reinterpreta a uno de los protagonistas de su obra más conocida, Tres sombreros de copa. A él le toca el papel del hombre que vive al límite, desprendiendo pasión y sentimiento por todo lo que hace, aunque esto le exija buscarse la forma de sobrevivir con pobres sueldos en la gran ciudad de Nueva York, mientras que Raúl Arévalo, su primo Jorge en la película, es aquél que cosecha éxito allá donde va pero que, a diferencia del otro, carece de ímpetu y entusiasmo por la vida. Las mujeres que aparecen en la pantalla (Sarah Sokolovic, romance de Raúl Arévalo, y Julia Murney y Carmen Ruiz los de Javier Cámara) se nos presentan como plato sobre el que mostrar a los personajes principales, todas ellas descontroladas emocionalmente, causantes del desequilibrio de ambos primos, de espíritu revuelto difícil de asentar y comprender; un cliché bastante caprichoso…
La trama es de serie de televisión. Se desenvuelve básicamente en unos pocos y sencillos escenarios: el piso de Juanito, el escenario del teatro y en el bar de Claudio (Juan Villarreal), donde Juanito imparte clases de cocina; a penas nos enseña el ambiente de Nueva York, salvo cuando los actores se atreven a pasear por sus calles. Y, como en el teatro, los intérpretes parece que salen y entran del plató para introducirnos en una nueva escena. La ironía, el tono de comedia y la línea argumental de la obra de Miguel Mihura dirige desde las sombras la película, apareciendo de vez en cuando en la historia durante las partes en las que sale la compañía en la que actúan Juanito y su compañera Sandra (Carmen Ruiz), como reminiscencia de lo absurdo de la vida, teatro de desdichas y complejidades.
La vida inesperada quiere ser una historia moralizante para dar lecciones a los que deciden sobrevivir sin sentido en un momento de desconcierto y crisis, donde el mundo parece haber decidido abandonarse al destino, alejándose de pasadas identidades, para buscar una vida diferente en el nuevo mundo.
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