Título: “Take this waltz”.
Directora: Sarah Polley.
Guión: Luc Montepellier.
Intérpretes: Michelle Williams, Seth Rogen, Luke Kirby, Sarah Silverman, Jennifer Podemski.
Duración: 116 m.
País: Canadá.
La canción “Take this waltz” (1988) de Leonard Cohen sirve para titular la segunda cinta de la realizadora Sarah Polley. El argumento trata sobre los vacíos vitales, los tiempos muertos, esos espacios repletos de la nada que rellenan los huecos entre las acciones más destacadas en la vida de un ser humano. La existencia de Margot transcurre de manera anodina. Casada Lou, un escritor especializado en libros de cocina –en concreto, en recetas de pollo-, su labor profesional se circunscribe a escribir folletos publicitarios. En un viaje conoce a Daniel y pronto surge la chispa entre ambos. Así la trama se centrará en su debate interno entre el deber y el deseo. Para más inri, la tentación vive al lado, pues, por casualidad, Daniel se ha establecido enfrente del domicilio del matrimonio.
Entre guiso de pollo, brocheta y pintxo de idem, Margot parece una quinceañera, sólo que sin acné, con unas conductas más propias de la pubertad que de la sensatez de una casi treintañera. Por eso, finalmente, sucumbe al encanto de Daniel, sus pinturas y el rickshaw –coche tirado por un hombre- que emplea como medio de vida. Como consecuencia, abandona al rey del pollo frito, Lou, se entrega a la pasión con Daniel y tiempo después, vuelve a caer en la monotonía. Eso sí, todo muy ‘cool’, con la canción “Video kill the radio star” (1979) de los Buggles, sonando como válvula de escape de la protagonista y el inconfundible aroma de pollo que lo impregna todo salvo los claroscuros existenciales de Margot.
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