Un llamativo título para una película alemana que habla sobre la vida y la muerte en la experiencia de una familia donde dos hermanas desconocen quiénes son realmente y dónde hallar la felicidad, con un padre enfermo de cáncer; en dos meses, en dos simples trazos de tiempo, descubrimos la vida y la reconstrucción de varias personas.
El director y guionista de esta película es Götz Spielmann, quien expresa en ella toda la espiritualidad e inquietud que guarda acerca de la vida y el misterio que encierra la muerte (experiencia que vivió después de haber sufrido la muerte de un familiar, reveló el director durante la rueda de prensa en el Festival de San Sebastián 2013, situación que considera fundamental para comprender la vida, la cual encierra un gran misterio que falta por valorarse en el cine actual).
Oktober/November habla de dos hermanas (interpretadas por unas excepcionales Nora von Waldstätten y Ursula Strauss) pero en su historia encontramos el gran duelo de la posmodernidad: la máscara tras la que ocultamos un verdadero vacío. La narración, persiguiendo constantemente el proceso de sanación de ambas protagonistas, busca establecer un vínculo emocional con el espectador y, en este sentido, eleva el tema de la muerte (abarca casi la mitad del metraje) para evidenciar que es en esta experiencia donde de verdad la conciencia toma las decisiones importantes, las más puras, al reconocer que la vida es finita (actitud que, según el director, falta por verse en la sociedad actual).
La película es toda ella una metáfora, un conjunto de imágenes, fotografías en silencio, cuadros que desvelan en un solo plano muchas historias que nos hablan de la enfermedad, del encuentro con uno mismo y la transcendencia, la felicidad… y que invitan al espectador a la autoterapia, a un despertar, expresado en un tiempo tan calmado (contada de forma lenta, muy detenida en los silencios y en el descubrimiento de la interioridad del personaje a través del equilibrio y la armonía de la composición, la coreografía de los actores en el espacio) que pueda resultar demasiado pesado para un público exigente hoy en día.
No obstante, esta película, este director, no busca entretener al público, sino generar preguntas sin respuesta a través de las imágenes -“lo más bello del arte”, bajo la opinión del director- que motiven a los espectadores a encontrar lo que les inquieta.
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