Hay mucho cine en Winter Sleep. No hay una trama intrigante, ni grandes pasiones o venganzas, ni giros inesperados, sin embargo está impregnada de una gran maestría y dominio del lenguaje audiovisual por parte de su director.
Nuri Bilge Ceylan nos introduce en un fragmento de la vida de una acomodada pareja de Anatolia cuya estabilidad emocional es mucho más frágil de lo que parece en un principio. A través de situaciones cotidianas, con frecuentes y profundas discusiones vamos adentrándonos en su mundo y entendiendo sus verdaderos problemas. Y es ahí donde demuestra su gran talento el director turco. Planteando situaciones tan reales que llegas a dudar por momentos si se trata de verdaderos actores o gente de la calle, hasta que una mirada te confirma a un gran intérprete detrás.
El protagonista, interpretado magistralmente por Haluk Bilginer, es un hombre sobrio, calmado, culto e inteligente. Alguien con quien empatizas según aparece en pantalla. Sin embargo, a medida que nos adentramos en su realidad, descubrimos que esa superioridad sobre las personas que le rodean asfixia a los que más quiere y devora sus capacidades e ilusiones. La última Palma de Oro es una gran película sobre la dignidad, la frustración y las relaciones humanas que respira verdad por los cuatro costados.
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