La ceremonia de entrega de premios del año 2013 en San Sebastián ha sido protagonizada por obras latinas y españolas, películas que quizás podríamos calificar como mediocres, ya que ninguna destacaba más que las demás, pero que sin duda dejaban escapar un aire nacionalista y personal. La 61 edición del Festival de San Sebastián sin duda se ha centrado, no en el artista, sino en la procedencia de las obras presentadas.
La Concha de Oro se la ha llevado una película venezolana dirigida por Mariana Rondón, con un transfondo social y político del país sometido por el gobierno de Chávez, que nos denuncia la falta de libertad debido a la presión de los prejuicios y los miedos a todo lo que se presenta como diferente. Pelo malo nos habla de un niño que su único sueño es ser cantante y tener el pelo liso, pero su deseo choca con el temor de una madre que considera que su hijo no es suficientemente masculino.
La actriz y el actor premiados a la Concha de Plata tampoco sorprendieron demasiado. Marian Álvarez, por protagonizar la cinta de La herida, resaltó por su naturalidad, pero el filme tampoco merecía excesiva atención y menos el logro de dos premios (también una mención especial al director, Fernando Franco), porque la historia se le escapa por todos los lados y quizás, con mejores matices e intensidad dramática, encontramos a la protagonista de Le Weekend, Lindsay Duncan, o incluso a Kym Vercoe por su aparición en For those who can tell no tales. Al menos un artista extranjero logró su posicionamiento en esta edición en el puesto de Mejor Actor. Hablamos de Jim Broadbent, excepcional, como siempre, por su protagonismo en Le Weekend, aunque dejó afuera a dos intérpretes españoles, Antonio de la Torre y Javier Cámara, por los que sí se apostaba en el Festival; quizás se reserven para los Goya…
En la categoría de fotografía y guión ganaron las que más se esperaban. Caníbal se llevó el premio por la fotografía, por esas imágenes de textura pictórica flamenca realizadas por Pau Esteve Birba y la francesa Quai d’Orsay, aunque también merecía por dirección, al menos logró su valoración por el guión, escrito por Christophe Blain, Abel Lanzac y Bertrand Tavernier, autor de la cinta.
Aunque los verdaderos protagonistas del Festival fueron los actores que recibieron el Premio Donosti: Carmen Maura y Hugh Jackman. La actriz española llegó a Donosti con su equipo por el estreno de la película de Las brujas de Zugarramurdi, de Alex de la Iglesia, mientras que el artista australiano acompañó a su director, Denis Villenueve (quien también protagonizó el Festival ocupando con otra obra, Enemy, la sección oficial y presentando Prisoners).
El Premio SIGNIS fue entregado a la película The railway man, dirigida por Jonathan Teplitzky (Burning man, El desquite), un filme basado en una historia real que despertó fuertes aplausos entre el público. La obra nos habla del perdón cuando el sentimiento de odio y venganza han sido llevados a niveles extremos. ¿Cómo perdonar a tu enemigo cuando éste fue protagonista de tu captura y de torturas durante tantos años? Colin Firth interpreta a Eric Lomax, excombatiente de la II Guerra Mundial que, a pesar del tiempo, no es capaz de sanar ni olvidar lo que vivó prisionero en un campo de trabajo tras la caída de Singapur en manos japonesas. Aunque el filme peca de ciertos fallos en el guión, el transfondo y la fuerza dramática de su realismo ocultan las debilidades de éste. Además de premiar esta obra, SIGNIS hizo una mención especial a Pelo malo –la ganadora de la Concha de Oro- y a Oktober, November –una película alemana que nos retrata el sentido de la muerte y de la vida.
Fotografía: Yurena Sánchez
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