Seguimos con las entrevistas a dos directoras durante el Festival de medio metrajes La Cabina. En esta ocasión, la navarra Maddi Barber responde a las mismas preguntas desde el punto de vista de su trabajo y de su película «Urpean Lurra».
1. ¿Que te aporta el formato documental que no te da la ficción?
Nunca me lo he planteado porque siempre he estado más cerca del documental. Lo que me interesa del documental es lo imprevisible, acercarme a la realidad, encontrarme con ella y que me transforme y se transforme. De ahí surge algo nuevo que no te esperabas y que transforma tu idea preconcebida.
2. El mediometraje siempre se ha considerado un formato poco comercial. ¿Lo consideras un problema para tu película?
Esta película es un mediometraje porque surgió así. En la sala de montaje nos dimos cuenta de que era el tiempo que necesitaba. Muchas gente nos recomendó que lo alargáramos 10 minutos pero no tenía sentido. La película tiene una estructura muy frágil y haberlo hecho hubiera sido muy irresponsable por entrar en una industria que no tengo ningún interés en entrar. Sí que es cierto que las opciones de distribución son más limitadas.
3. ¿Como valoras que exista un festival especializado en este formato?
Valoro que se apoye a los mediometrajes porque lo necesitan y están en una tierra de nadie pero me parece que el trabajo lo tienen que hacer los festivales que clasifican en categorías de cortos o largos y no tiene hueco para otro tipo de trabajos. Zabaltegi del SSIF es un buen ejemplo de sección en la que la duración no es un límite ni una jerarquía. Me gustaría más que fuera todo más una mezcla.
4. ¿De dónde surge este proyecto?
Yo soy de la zona del valle de Arce que sufrió la inundación de la mitad de su valle. Hice primero un cortometraje, “592 Metroz Goiti”, que era mi trabajo find e máster, y después de terminarlo me di cuenta de que se ma había quedado corto. Había mucho material y muchas cosas que me interesaban como el archivo de esa lucha contra la construcción del pantano que no cabían en el corto. La idea surge de una necesidad de acercarme a un lugar que ha sido completamente transformado, a una lucha que viví desde muy pequeña y que no entendí. Y un poco con ese deseo de entenderla y ver cómo se puede vivir en ese valle después de lo ocurrido.
5. ¿Barajaste en algún momento utilizar la voz en off como hilo narrativo?
No
6. ¿Crees que puede faltar la voz de quienes están al otro lado?
Nunca intenté hacer un documental objetivo que diera voz a diferentes lados. Mi lado está departe de las personas a las que les echaron de sus pueblos. En ningún momento pensé hablar con el otro lado porque no me interesaba.
7. Hay un mensaje de responsabilidad medioambiental…
Sí. No sé si le llamaría mensaje pero sí hay una lucha, un arraigo con la gente de la zona.
y supongo que hay una pregunta de ¿Para qué esto? Y ¿Qué consecuencias tendrá esto a largo plazo en las vidas de las personas y en el lugar?
8. ¿Cuál será tu siguiente proyecto?
El año pasado gané X films, un premio del Festival Punto de Vista que supone la producción de una película que en marzo presentaré. Por el momento tiene el título de “Rojo” y trata sobre la relación entre humanos y los animales a los que cuidan.
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