Hace unos días tuve la suerte de disfrutar de la presentación de los nuevos caldos de Bodegas Ysios en un marco como el hotel María Cristina.
Como corresponde a una marca muy vinculada al mundo del arte, su Bodega es una joya icónica ideada y firmada por Calatrava; el acto corrió a cargo del comisario Eloy Martínez de la Pera; que a través de una presentación audiovisual realizó un recorrido histórico por el vino y la pintura, de cómo ambos artes han ido de la mano pudiéndose afirmar que son inseparables.
En la amanea e instructiva presentación Eloy daba pie a Clara Canals, enóloga de Bodegas Ysios, para que nos ayudará a degustar los nuevos vinos lanzados por la bodega de Laguardia.
De los cuatro caldos que pudimos degustar (acompañados por unos pintxos de gourmet) me gustaría destacar Ysios Finca El Nogal.
Nos encontramos ante un vino de autor realizado mediante procesos de elaboración propios muy especiales. Se rige por una técnica artesanal donde el cuidado de la tierra acoge gran importancia.
100% tempranillo, a la vista, el vino se presenta con un profundo color rojo picota granate de capa alta, mientras que en nariz es complejo e intenso, con recuerdos de cassis, ciruela, moras, tinta china, regaliz, café tostado y especias. En boca resulta jugoso, amplio y estructurado, con toques de fruta de bosque, ciruela negra, mora y granos de café tostados. Un vino con gran persistencia y un largo final lleno de matices.
El Nogal es un viñedo muy particular de 1,3 hectáreas plantado en 1960 del que nace Ysios Finca El Nogal, un vino que completa la familia de la bodega Ysios y se convierte en una de las mejores marcas de Rioja con D.O. Ca. Rioja y certificación de Viñedo Singular. Precisamente esta certificación lo hace único e Ysios se convierte en una de las primeras bodegas en obtenerlo gracias a su extensión geográfica donde el viñedo y las uvas cultivadas allí se han aislado por su superioridad. Siendo El Nogal una parte de tierra protegida y diferenciada por su ubicación, altura y clima; y sobre la que se ha intervenido mínimamente para la labranza de la tierra y elaboración de sus vinos. Viñedo singular pone en valor el origen geográfico de la parcela, es decir, su terruño.
En definitiva, un vinazo (si me permitís la expresión) muy recomendable.
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