Asistimos al rodaje de ‘El silencio del pantano’

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El pasado martes asistimos al rodaje de El silencio del pantano en Valencia. La película supone el debut de Marc Vigil como director de cine.  El asturiano es un reconocido director de series de televisión y esta es la primera vez que se enfrenta al reto de la pantalla grande.

El silencio del pantano es una adaptación de la novela del valenciano Juanjo Braulio y está protagonizada por Pedro Alonso como Q, un escritor capaz de cometer horribles crímenes movido por la necesidad creativa, y también, de una manera perturbada, por el deseo de justicia provocado por el odio que siente hacia los que le rodean.

El silencio del pantano se ambienta en la Valencia actual, en el momento en el que se recogen los platos rotos de esa gran fiesta de la corrupción. Pululan por la historia unos personajes nada recomendables que, a fuerza de ser valencianos, podrían ser de cualquier otro sitio del mundo, porque su ambición y su falta de escrúpulos florecen con igual vigor en todas partes. En todos ellos ejerce su influencia el viejo pantano sobre el que se levanta la ciudad, y que los siglos han confinado a una celda enterrada bajo millares de edificios. La antigua marisma, que hace un siglo envenenaba los muros encalados de las barracas de Blasco Ibáñez y hoy corroe los orgullosos pilares de hormigón blanco de Santiago Calatrava, se convierte en el escenario de tenebrosas historias que se secan al abrasador sol de la Malvarrosa.

En un descanso del rodaje pudimos conversar con Marc Vigil (director), Pedro Alonso (Q), Nacho Fresneda (Falconetti) y el autor del libro, Juanjo Braulio.

Marc Vigil nos comentó que él había comenzado en este mundillo queriendo dirigir cine, aunque las oportunidades le habían llegado en televisión, hasta que Zeta Cinema le propone rodar su primer largometraje y le presenta varios proyectos y este es el que le apetece más ya que la adaptación al cine de la novela de Juanjo Braulio es un verdadero reto, que además le permite trabajar con su socio, Carlos de Pando, quien firma el guión del film, un thriller en el que todos son muy malos. Es una novela difícil de adaptar ya que Q, el protagonista, sólo habla con tres personas, mantiene un monólogo interno que hay que plasmar visualmente y con un actorazo con Pedro Alonso que aceptó el reto.

Juanjo Braulio, autor de la novela, confiesa que no veía su obra cinematográfica, algo que su agente, Susana Alfonso, desde el principio vio y confió. Se encuentra confiado y tranquilo con el trabajo que VIgil y De Pando están haciendo y entiende que la cultura, el arte, es una conversación por lo que entiende que la película no tiene que ser igual que la novela ya que tiene que ser algo nuevo, no un eco del libro.

El actor valenciano Nacho Fresneda da vida a Falconetti y nos comentó que conoce el proyecto desde el principio ya que estaba grabando con Marc Vigil la fantástica serie El Ministerio del Tiempo cuando se lo propusieron. Se encuentra contento de rodar en su tierra y entregado en cuerpo y alma para dar vida al personaje.

También la participación de Pedro Alonso se remonta al Ministerio ya que cuando coincidieron allí congeniaron de tal manera que decidieron que si podían deberían trabajar juntos hasta que alguno de los dos “palmara”. Marc está en ese altar de gente con quien trabajar. Tiene el talento necesario para esta historia, para plasmar el poderío visual, unido a su manera de trabajar manejando equipos de trabajo.

En cuanto al proceso de creación del personaje de Q, Pedro Alonso confesó que está siendo muy neurótico y está aprovechando esa neurosis porque trata de una corrupción de almas más que del sistema. El protagonista, un asesino, es el “héroe” del que el público se tiene que enamorar.

Q es un comunicador que no habla, muy esquivo, disociado y lo estoy intentando articular desde dentro- He visto planos rodados y tiene un sentido visual muy especial.

Para Marc Vigil El silencio del pantano es un thriller que se inspira en la etapa más tenebrosa de Hitchcock, la que comienza a desatarse en Psicosis. Y lo hace a través de un doble relato que se despliega en paralelo: el externo o trama; la desaparición de un exconseller de la Generalitat, un corrupto encargado de lavar el dinero del tráfico de drogas de la ciudad; y el interno o tema; la existencia de Q, un escritor capaz de cometer horribles crímenes movido por la necesidad creativa, y también, de una manera perturbada, por el deseo de justicia provocado por el odio que siente hacia los que le rodean.

Y es que el suspense es el motor con el que esta película promete no dejar respirar un instante al espectador, al estilo del cine hollywoodiense para adultos, sin renunciar a personajes complejos y tramas maduras. El uso del lenguaje, la dosificación de la información y los cambios de rumbo en el argumento harán fluir la historia entre el desconcierto, la tensión y la sorpresa. Como decía Hitchcock una vez más: “No es un mensaje lo que ha intrigado al público. No es una gran interpretación lo que ha conmovido al público. No es una novela de prestigio lo que ha cautivado al público. Lo que ha emocionado al público es el cine puro”.

El autor apostilla que Q no tiene nombre ni descripción en la novela por ese estilo Hitchcockniano que te hace identificarte con alguien despreciable.

La película tiene más de 50 localizaciones, principalmente en Valencia, y muchísimos personajes. Los interiores se van a rodar en Navarra por una sencilla razón y es la del dinero. Mientras que vemos que el Gobierno de Navarra hace una clara apuesta apoyando el cine y atrayendo proyectos a la comunidad foral, aunque parezca increíble, no se ha conseguido financiación de las instituciones valencianas. Este tema se planteó en la mesa con una llamada de atención para las instituciones locales.

También preguntamos a Marc sobre el reto que supone pasar al cine en cuanto a lenguaje respecto a la televisión, pero nos comentó que hace unos años había un formato definido de producción televisiva pero que esto ya ha desaparecido, los directores están imponiendo su estilo y tienden a rodar muy cinematográficamente las series. La gran diferencia es que antes tenía 2 semanas para rodar un episodio y ahora tengo 7 semanas lo que me da tiempo para pensar y mimar las cosas.

Por último, preguntamos a Marc VIgil sobre las fechas que barajan para el estreno, pero nos dijo que esos temas corresponden a la productora, que a él le toca disfrutar del rodaje y luego del montaje. Mi apuesta es San Sebastián.

¡Ojalá en septiembre estemos hablando su participación en el Festival de Cine!

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