Devil’s Knot

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DevilsKnotCover¿Cómo sería una película cuyo final no tuviera ninguna resolución? ¿Cómo respondería el público ante una narrativa que carece de línea dramática evolutiva en la que ni los personajes, ni el guión ni el director nos ofrecieran pistas que nos ayudasen a alcanzar alguna conclusión en concreto? Esta es una arriesgada propuesta que uno puede abordar si recoge un hecho real del que ni en la vida misma se han podido encontrar respuestas. Antom Egoyam, director de cine independiente de origen armenio, escoge adaptar a la gran pantalla el misterio acerca del asesinato de tres niños pequeños -los cuales fueron encontrados desnudos, sus miembros atados con los cordones de sus zapatos y sumergidos en el río- por el cual culparon a tres jóvenes con tendencias ocultistas, satánicas y con gustos por la música Heavy Metal.

Después de frenar su producción tras el largometraje de Chloe (2009), Egoyam decide continuar su obra con esta arriesgada película, protagonizada por Reese Witherspoon, interpretando a la madre de uno de los niños asesinados, y Colin Firth, con el papel del detective que insistió en la defensa de la inocencia de los jóvenes acusados. Aunque las películas anteriores de este director resultaron ser más poéticas, con especial insistencia en el estudio de la personalidad influida por el entorno –familia, sociedad…- de forma elaborada y compleja (Where the Truth lies, Ararat…), regresa al género del misterio –con una estética similar a la de Alfred Hitchcock, donde la música y la fotografía cobran un papel importante en la investigación del caso-, y se introduce en el proceso de reflexión de todas esas personas que se implicaron en la búsqueda del culpable.

El guión es un pozo sin fondo, del que no dejas de sacar conclusiones, que se abren y expanden aún más convirtiendo el argumento en un tema imposible de cerrar. Egoyam escogió esta historia por la oscura evidencia oculta en ella y nos lo explica así: “Resultaba ser una situación tan física, tan malo la intención del causante del asesinato y a la vez tan misterioso que conducía algo supernatural, como un mito. Un monstruo criminal sin evidencias”. Por tanto, al no existir un drama en concreto, al acompañar al detective en la búsqueda de pruebas, el espectador pasa a formar parte de la investigación de ese enorme puzle que nos conduce a tener en cuenta cualquier tipo de detalle.

El director nos subraya también la problemática de la justicia, de la incapacidad de resolver los casos de forma correcta, ya que al final, ante una situación compleja, es mejor tener un culpable y deshacerse de él para que la sociedad continúe la vida sin cuestionarse nada más. De todas formas, la acogida de la película ha sido igual que su trama: confusa, contradictoria, polémica, interesante…

 

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